“El día más malgastado de todos, es uno sin sonrisas”
EDWARD ESTLIN CUMMINGS
Diversas entidades patológicas se han relacionado con la halitosis o mal aliento, como algunas enfermedades de las vías aéreas respiratorias o del tubo digestivo, sin embargo se ha demostrado que casi en el 90% de las ocasiones su origen está en la boca.
El mal aliento de origen bucal se debe a la presencia de bacterias que metabolizan aminoácidos ricos en azufre en compuestos volátiles sufurados. Estos gases, (metilmercaptanos y ácido sulfhídrico), serían por tanto los responsables de éste mal aliento.
Los pacientes con gingivitis, periodontitis o con presencia de algún reservorio bacteriano en la boca (por ejemplo la lengua, alguna caries….) son por tanto más susceptibles de sufrir mal aliento ya que presentarán una mayor concentración de estas bacterias causantes de la halitosis. También si ingerimos ciertos alimentos ricos en aminoácidos (ajo, cebolla…) aumentará también la probabilidad de tener mal aliento.
Hay que distinguir el mal aliento general del mal aliento matinal. Éste último se produce durante el sueño ya que hay una menor secreción de saliva y una menor presencia de oxigeno, lo que provoca un aumento en la formación de compuestos sulfurados. Muy probablemente la halitosis desaparecerá después de beber y comer por la mañana.
El tratamiento va encaminado a eliminar las bacterias causantes del problema.
Si la causa es la presencia de una gingivitis o periodontitis habrá que eliminar los depósitos bacterianos presentes en el sarro mediante una limpieza o un raspaje y alisado. Por lo tanto si usted sufre halitosis, no será suficiente con que se cepille intensamente los dientes unos días ya que el sarro no lo conseguirá eliminar.
Si estos reservorios bacterianos se encuentran en una caries, habrá que restaurar dicho diente mediante una obturación u empaste. Por el contrario si estos reservorios se encuentran en el dorso de la lengua tendrá que limpiarse correctamente la lengua, bien con el cepillo de dientes o, mejor aún, con raspadores linguales específicos que podrá encontrar en cualquier farmacia.
Como tratamiento coadyuvante existen algunos colutorios específicos para resolver estos problemas (si bien por si solos no tienen efecto). Estos colutorios se basan en antisépticos de clorhexidina y de lactato de zinc, compuesto que se encarga de neutralizar los compuestos volátiles de sulfuro.
Son enfermedades silenciosas, cursan sin dolor y síntomas evidentes. Además progresan sin que se dé cuenta de ello, por lo que lo mejor es que sean diagnosticadas por su dentista.
De todas maneras este atento si nota alguno de estos síntomas:
- Sangrado al cepillarte. Recuerda que una encía sana nunca sangra de manera habitual. Si tus encías sangran cada vez que te cepillas los dientes significa que tus encías están enfermas.
- Inflamación y enrojecimiento de las encías.
- Mal aliento permanente.
- Movilidad dental.
- Pus entre los dientes y encías.
TRATAMIENTOS NO QUIRÚRGICOS: En casos no avanzados el tratamiento se limita a un raspaje y alisado de la raíz bajo el borde de las encías.
TRATAMIENTOS QUIRÚRGICOS: Si tras la eliminación de los depósitos de sarro todavía permanecen bolsas periodontales profundas, éstas pueden ser eliminadas quirúrgicamente. De esta manera la encía que estaba alterada por la enfermedad se adhiere de nuevo a los dientes y se puede curar.
IMPORTANTE: Los pacientes con enfermedades periodontales deben ser examinados periódicamente. Esto incluye la remoción de sarro y pulido de los dientes, habitualmente cada seis o doce meses.
Dr. Carlos Fanego
Dra. Pilar Blanco
Rúa de Ánxel Baltar nº 7 Bajo
SANTIAGO DE COMPOSTELA
